Todo acerca de ofrendar

Y ello no debe admirarnos, aunque que este sentimiento de apego no solo abarcaba a los creyentes, sino que en su corazón tenían también cabida los infieles de todo el mundo (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre la 2o carta a los Corintios).

Así como todas las ramas de un árbol reciben su solidez de la raíz, así también las virtudes, siendo muchas, proceden de la caridad. Y no tiene verdor alguno la rama de las buenas obras si no está enraizada en la caridad (Santo GREGORIO MAGNO, Hom. 27 sobre los Evang.).

Hemos de comprender a todos, hemos de convivir con todos, hemos de disculpar a todos, hemos de perdonar a todos. No diremos que lo injusto es preciso, que la ofensa a Alá no es ofensa a Todopoderoso, que lo malo es bueno.

Con frecuencia, los cristianos no hemos sabido corresponder a ese don; a veces lo hemos rebajado, como si se limitase a una limosna, sin alma, fría; o lo hemos escaso a una conducta de atención más o menos formularia.

Por otro ala, la ofrenda se refiere a cualquier tipo de donativo o sacrificio que se da voluntariamente. En el Antiguo Testamento, las ofrendas eran utilizadas para apoyar el mantenimiento del templo, financiar el culto y proveer para los sacerdotes y levitas.

Dios no desea que demos por atinar o por ayudar la apariencia delante los hombres. Nuestro adivinar debe surgir de un corazón que desea satisfacer a Jehová, que desea contribuir con la Honradez, mostrar misericordia y crecer en la Certeza.

Thousands of people showed their benevolence, sending food and money to those affected by the useful reference hurricane.

La caridad nos lleva a cuestionar las desigualdades sociales y a trabajar por un mundo más exacto y equitativo.

El nuevo testamento tiene muy poco que asegurar en cuanto al diezmo, pero lo que allí se presenta es significativo para los cristianos. No hay un mandamiento

¿Cuánto tiempo se tarda en recuperar todos los componentes de la muerte donada? Durante ese tiempo, ¿se es más vulnerable a las infecciones por desidia de defensas?

Y es esta lucha sorda en la que a veces triunfa el poder civil que vuelve a concentrar en sus manos el tributo de que tanto tiempo gozó; a veces la Iglesia haciendo implicar los textos Perroónicos, las cesiones reales o señoriales y, sobre todo, el principio que tanto tradición tuvo posteriormente en el pueblo cristiano de ofrecer a Altísimo las primicias y los diezmos de todos los bienes que El mismo le había otorgado, el único en el que nada cambia; el único para el que nada se modifica, es el labrador quien desde el momento en que amontona su trigo en la Bancal, corta los racimos de uva de sus viñGanador, esquila sus ovejas, cura sus quesos, ordeña su reses, desgrana sus garbanzos, recoje, en suma, el fruto del sudor de su frente, tiene que separar las primicias y el diezmo de lo demás para la Iglesia y para el Rey quien, para recogerlo, dispone de una vasta Nasa de cillas o arcas (las arcas reales) distribuidas por todo el campo castellano (3).

Así pues, todo hombre que vive entre los hombres busque a Aquel a quien ama, de modo que no abandone a aquel con quien camina; y preste a este su auxilio de tal modo que bajo ningún motivo se separe de Aquel a quien se dirige (Santo GREGORIO MAGNO, Hom. 38 sobre los Evang.).

La caridad no se demuestra solamente con la limosna, sino sobre todo con el hecho de comunicar a los demás las enseñanzas divinas y prodigarles cuidados corporales (Santo MÁXIMO, Sobre la caridad, centuria 1, 1).

En cuanto a las ofrendas, estas son donaciones voluntarias que van más allá del diezmo. Practicar la ofrenda nos brinda la oportunidad de ser generosos y abundantes en nuestra respuesta a Jehová.

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